Ser patólogo significa aceptar el reto de convertirse en el médico de los médicos; al patólogo no lo consultan pacientes, sus clientes son los médicos de las otras especialidades y llevamos sobre los ojos y la conciencia el peso del significado de un diagnóstico. La labor no es sencilla pero si es la más hermosa, discreta, artística y, también, la más ególatra... nos convertimos, de alguna manera, en los dictaminadores de la verdad más palpable y absoluta (cosa que no siempre sucede), lo que sí es cierto es que nuestra parte en la difícil tarea de ser médico es y seguirá siendo fundamental aún con los grandes avances en la tecnología, el patólogo será difícilmente sustituido... 
La logística del diagnóstico consiste en un fascinante reto que pone a prueba tus conocimientos en medicina, la capacidad de interpretación de una imagen, la maestría en el manejo de algoritmos inmunohistoquímicos y moleculares, y la capacidad de concluir un diagnóstico. Todo esto requiere de un funcionamiento óptimo de la mente y un refinado sentido común interpretativo. Es decir, la patología se considera la rama de la medicina que requiere de una extraordinaria capacidad deductiva y la deducción real se reduce a dos cosas que se usan en combinación: tu conocimiento y sentido de conciencia. Cuanta más información puedas reunir, más precisas serán tus deducciones. 
El espíritu de investigación y búsqueda de la verdad son imprescindibles en esta profesión y no me refiero estrictamente a la publicación de artículos y libros, que no está demás hacerlo, me refiero a la investigación y deducción causal de los hechos y sus consecuencias, al sentarnos al microscopio nos convertimos en una especie de Sherlock Holmes en busca de la verdad, de la medicina basada en evidencias, para esto es imprescindible comprender que “asomarte al microscopio” no se trata simplemente de ver, sino de “observar”. No siempre es sencillo, a veces nos enfrentamos a deducciones por eliminación de otras posibilidades, "lo que queda por improbable que parezca tendría que ser lo más cercano a la verdad" al tomar este tipo de decisiones nunca se debe perder de vista que atrás está un paciente y que como dice el maestro Ángeles: "el patólogo puede llegar a hacer mucho daño"; siempre se debe pensar en las futuras consecuencias del diagnóstico emitido y para ello es indispensable tener conocimiento de causa. 
El trabajo en equipo con las áreas técnicas y contar con una excelente comunicación con los médicos clínicos es indispensable, las sesiones clínicas, el celular, el whatsapp y otros medios se convierten en instrumentos tan importantes como el microscopio.

Los patólogos no son seres infalibles, ninguno de ellos lo es, aunque así lo crean algunos, solo no se equivoca el que no se asoma al microscopio y se equivocará más el que no levante el teléfono para comunicarse con sus clínicos. Sin embargo, la lección más importante es el hecho de aprender de sus errores y para ello hay que empezar por reconocerlos.,
"Siempre es grato estar en lo correcto, pero generalmente es mucho más útil estar equivocado" escribió William Gowers.
Ser patólogo es pertenecer a ese grupo extraño de "Galenos" a los que la imagen de una enfermedad terrible les podría parecer hermosa; probablemente se trate de un sentido distorsionado de la belleza, pero solo entre nosotros sabemos que lo que observamos a través del microscopio es muy cercano al arte en colores, formas e interpretaciones, pero el sentido "hermoso" de un diagnóstico va también ligado al beneficio que sabemos significará establecer un diagnóstico certero.

Tenemos muy claro que jamás nos felicitarán los pacientes el día del médico, no recibiremos regalos nunca, nos felicitarán algunos clínicos conscientes de nuestro trabajo y entre nosotros, pero para la gran mayoría de nuestros pacientes, por quienes dejamos los ojos en el microscopio, no se enterarán que existimos, así que discreción es otra cualidad de nuestra peculiar y fantástica profesión...

Así que: ¡felicidades a los Galenos más extraños por ejercer la parte más objetiva, discreta y cercana al arte de la medicina, que sin duda alguna es la Patología!