Indizada en: Index Medicus Latinoamericano, LILACS.
Editada y publicada por Editores Latinoamericanos de Patología A.C.
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El recuerdo Ceci
Ceci's memory
Patología Rev Latinoam | 7 de Noviembre de 2024
Recibido: octubre 2024
Aceptado: octubre 2024
Thelma Rizo
thelmarp@yahoo.com
Rizo T. El recuerdo de Ceci. Rev Latinoam 2024; 62: 1.
A finales de la década de 1950 era poco común que las médicas optaran por estudiar la especialidad de Anatomía patológica; sin embargo, en 1959, con mi título recientemente obtenido, me encontraba realizando una rotación en la Unidad de Anatomía Patológica del Hospital General de México, cuyo director era el Dr. Ruy Pérez Tamayo. Mi paso por ese servicio era un requisito para iniciar la especialidad de Gastroenterología, circunstancia que no se volvió realidad, porque después de iniciar esta rotación decidí ser patóloga y permanecí en la Unidad, y hasta esa época era la única mujer que iniciaba esta especialidad. Tiempo después recibí la grata noticia de la llegada de una médica proveniente de Tampico, que iniciaría el aprendizaje de Patología en la Unidad. Ese personaje era Ceci Ridaura, con quien inicié una inolvidable y muy recordada amistad. Las actividades en la Unidad eran numerosas y extenuantes, y nuestro trabajo fue reconocido por el Dr. Pérez Tamayo, quien se refería a nosotras como la “perla blanca Ceci y la perla negra Thelma”. Durante el tiempo que transcurrió su estancia en la Unidad y antes de iniciar su aprendizaje en Estados Unidos, en aquel entonces ya casada con "el Chori", Ceci se caracterizó por su devoción y excelencia en el trabajo, además de extraordinaria amistad y compañerismo, aunado a que el ambiente era rico en conocimientos para el progreso en nuestro saber y trabajo. La última vez que vi a Ceci fue en el Congreso que la Asociación de Patólogos celebró en la ciudad de Querétaro, en donde además de disfrutar del Congreso y ver a los amigos, hubo un pequeño e inolvidable convivio que se llevó a cabo en mi casa, en donde Ceci, como de costumbre, atrajo la atención de todos con su amena charla, conocimiento y entusiasmo. Y es así como recordaré a la querida Ceci, quien quedará en mi la memoria y en la de aquellos que la conocimos y disfrutamos de su grandeza como extraordinario ser humano y excelente profesionista.
¡Ceci, hasta siempre!