Indizada en: Index Medicus Latinoamericano, LILACS.
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In memoriam: Dr. Decanini

Periodicidad: continua
Editor: Mario Magaña
Abreviatura: Patologia Rev Latinoam
ISSN: 2395-9581
Indizada en: Index Medicus Latinoamericano, LILACS.

          

 

In memoriam: Dr. Decanini

Patología


Miguel Ángel Paz-González

Laboratorio de Patología, Hospital Christus Muguerza de Alta Especialidad, Monterrey Nuevo León, México.


Recibido: agosto 2020
Aceptado: agosto 2020

Corrrespondencia:

Miguel Ángel Paz González
miguel.paz@tec.mx

Este artículo debe citarse como:

Paz-González MA. In memoriam: Dr. Decanini. Patología Rev Latinoam 2020; 58: 1-2.

El Dr. Horacio Decanini Arcaute nace en la ciudad de Monterrey el 10 de febrero de 1954. Sus padres, el Dr. Horacio Decanini y la Sra. Margarita Arcaute, lo criaron en un ambiente de médicos y militares.

Era un especialista en ángeles y arte renacentista. Desde muy pequeño demostró su inclinación por las artes, específicamente la pintura, actividad que desarrolló de manera apasionada, sobretodo en estos últimos años, siendo autor de múltiples obras, las cuales se encuentran ocupando un lugar invaluable entre familiares, amigos y colegas, teniendo incluso varias exposiciones para demostrar su gran habilidad y ojo artístico.

En 1970 inició sus estudios en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, fungiendo como instructor, becario y jefe de becarios del Departamento de Histología; fue honrado con el “primer lugar de generación” y la distinción de “mejor estudiante de México”.

Posterior a realizar el examen profesional, donde obtiene mención honorífica, inicia estudios de posgrado en Anatomía Patológica en el Centro Médico Nacional, egresando en 1982, compartiendo estos años al lado de sus abuelos en la Ciudad de México.

En agosto de 1983 contrae matrimonio con la Dra. Ana Catalina Gutiérrez, teniendo la fortuna de educar a sus dos hijos, Horacio y Ana Catalina, siendo un padre ejemplar, descrito en palabras de su hija “como ese padre capaz de educar con una mirada, pero con la sensibilidad y cariño para abrazar y dar calor al corazón”.

Al regresar de la Ciudad de México, ingresa como profesor de su alma mater, recibiendo tras examen de oposición, nombramiento como Maestro Universitario en 1989. Trabajó a nivel institucional en el Seguro Social como Patólogo y Jefe de Laboratorio de las Clínicas 33 y 34, llegando a ocupar el puesto de Jefe de División en el Hospital General de Especialidades 34.

De innegable trayectoria y experiencia, liderando proyectos en Hospitales privados de la ciudad de Monterrey: Jefe de Patología y Director Médico del Hospital Santa Engracia-CIMA, así como Jefe del Laboratorio y Subdirector médico en el Doctors Hospital. En febrero de 2013 ingresa a la Jefatura del Laboratorio de Patología del Hospital Christus Muguerza Alta Especialidad, implementando y dando auge a estudios de Patología Molecular, un área que indudablemente le apasionaba.

En estos períodos de vida profesional activa fue responsable del entrenamiento de un buen número de residentes, ahora Médicos Anatomo-Patólogos (y otros en vías de llegar a esa etapa), fungiendo como director de múltiples proyectos de tesis. Con asistencia a mas de un centenar de cursos y congresos, donde compartió cátedra con la presentación de plataformas, pláticas y con discusión de casos.

Siempre curioso, siempre con una anécdota, que conocía de todo y un poco más, y también siempre con la disponibilidad de instruir y compartir su experiencia tanto con residentes como con sus colegas. El patólogo de referencia, el de las interconsultas, de las segundas opiniones, de gustos musicales eclécticos… el patólogo que prefería discutir casos con un buen plato de pasta Alfredo y focaccia o un buen corte de carne en bloque de sal.

Generoso, hábil y amable, que tenía las palabras exactas, que sabía que decir y como decirlo, que al recibir pacientes ansiosos y con dudas de su diagnóstico o manejo, reconfortaba y después de unos minutos la plática de la enfermedad pasaba a segundo término y ahora se discutía sobre danza, pintura o viajes.

El Dr. Decanini, el buen patólogo y humano, una verdadera Institución en la Patología, deja un gran legado, deja una huella imborrable en aquellos pacientes que contaron con su pericia en la elaboración de reportes y entre aquellos que por azares del destino lo llegamos a conocer.


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